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DÍA DEL MÉDICO DE SALUD OCUPACIONAL 4 de octubre - Natalicio de Bernardino Ramazzini (1633-1714)

Su obra más conocida: De Morbis Artificum Diatriba (Discurso de las Enfermedades de los Artesanos) se publicó en 1700 y constituye el primer estudio de las enfermedades relacionadas con las distintas ocupaciones.


Ramazzini nació en la ciudad italiana de Carpi, cerca de Módena, el 4 de octubre de 1633.


Se formó después como médico en Parma, donde se graduó en filosofía y medicina en 1653. Estuvo después en Roma junto con el prestigioso médico Antonio Maria Rossi (1588-1671), donde obtuvo la preparación para ejercer en Canino y Marta, en el Ducado de Castro, hasta 1663. La malaria, enfermedad que contrajo, le obligó a regresar a su ciudad natal.


Otro trabajo que merece ser mencionado es Disertatio de abusu chinae chinae, en la que no vaciló en comparar las consecuencias del uso de la quina, en orden al methodus curandi, con las traídas por la invención de la pólvora in re militari.


«Relataré el incidente que me surgió la idea de escribir este tratado sobre las enfermedades de los trabajadores. En esta ciudad [Módena], tan densamente poblada para su tamaño, las casas están muy juntas y tienen gran altura, y se acostumbra a limpiarlas cada tres años una por una, así como destapar las cloacas que se entrecruzan por debajo de las calles. Mientras hacían este trabajo en casa, observé a uno de estos obreros que realizaba su tarea en aquel infierno y me fijé en que parecía muy aprensivo y tenía todos los nervios en tensión. Me condolí del sucio trabajo que ejecutaba y le pregunté por qué se daba tanta prisa y por qué no lo hacía con más lentitud, con el objeto de evitar la fatiga que trae consigo todo trabajo forzoso. El pobre alzó los ojos desde la caverna, me miró y dijo: “Nadie que no lo haya hecho puede imaginarse lo que cuesta permanecer más de cuatro horas en este sitio; es lo mismo que quedarse ciego.” Más tarde, cuando salió de la cueva, le examiné los ojos con cuidado y observé que los tenía muy irritados y oscuros. Le pregunté si los obreros de su oficio usaban con regularidad algún remedio particular para esta molestia. “Sólo eso —contestó—: vuelven inmediatamente a sus casas, como yo lo haré ahora, se encuerran en un cuarto oscuro, permanecen en él durante un día y se lavan los ojos de vez en cuando con agua tibia; de esta forma pueden aliviar algo el dolor”. Entonces le pregunté si tenía sensación de quemadura en la garganta, molestias respiratorias o ataques de jaqueca; si el hedor lastimaba su nariz o le causaba náuseas. “Nada de eso —contestó—; en este trabajo sólo se lastiman nuestros ojos, ninguna otra parte. Si continúo en él, muy pronto me volveré ciego, como les ha sucedido a otros”.Me deseó buenos días y se marchó a casa con las manos sobre sus ojos. Después de esto, vi varios obreros de su mismo oficio a medio cegar o ya ciegos que pedían limosna en las calles de la ciudad.»


Ramazzini se ocupa de cincuenta y cuatro tipos de ocupaciones, como los doradores y farmacéuticos y las intoxicaciones que sufrían a consecuencia del mercurio; los que enfermedades que les producía el plomo que empleaban, etc. Pero también recoge las alteraciones que producían agentes como el calor, el frío, la humedad o el ruido y las que eran consecuencia de adoptar posturas inadecuadas, del sedentarismo o de los movimientos que los trabajadores desarrollaban durante sus tareas, o del exceso de peso que tenían que mover.

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